Rebecca Jones sobrevive a base de sopas, tostadas y bebidas energéticas, aunque los doctores le han avisado que la falta de nutrientes podría matarla. Mientras tanto, ella anima a su hija de siete años y 38 kilos a disfrutar del chocolate y las tartas.
La madre ha confesado que “llevando la ropa de mi hija siento una sensación de orgullo, sé que está mal pero me hace sentir bien”. Y añade, “no me veo delgada, siempre me veo igual de grande”..
No hago comentarios respecto a esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario